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Propuesta 2 de cómo hacer una buena clase CCNN

Para realizar una buena clase de Ciencias Naturales creo conveniente que los niños tengan la posibilidad de hacer una salida a terreno. Este terreno puede ser el patio, la plaza más cercana al establecimiento u otro sector aledaño al colegio, por lo que la visión de la salida a terreno como algo complejo de organizar y realizar debe anularse.

En la salida a terreno los niños tienen la posibilidad de explorar áreas diferentes, con focos distintos. Así, si un grupo desea conocer la diversidad de especies que se encuentran bajo tierra, otro grupo perfectamente puede estudiar los diferentes tipos de hojas que presentan las plantas, e incluso otro podría centrarse en los diferentes tipos de tierra en los que habitan ciertos seres vivos, y cómo influye en la vida de éstos que se trate de un tipo de tierra o de otro.

Las opciones son muchísimas, y para los niños resulta realmente significativo por dos importantes razones.

En primer lugar, se trata de un espacio cercano, perteneciente a su entorno y al cual ven y/o asisten con regularidad; por lo mismo, conocer la diversidad de especies que habitan en dicho lugar y las condiciones en las que se encuentran los lleva a preocuparse especialmente por ellas, versus otro lugar al cual visitan por primera vez.

En segundo lugar, el que puedan explorar, manipular, investigar directamente -y no por medio de fotografías o libros- implica un desarrollo de habilidades científicas tales como la observación, la formulación de hipótesis, la descripción y la formulación de preguntas que den paso a nuevas investigaciones por parte de los estudiantes.

Es por ello que como docentes debemos incluir la salida a terreno como una experiencia de aprendizaje en la cual el niño se involucra activamente y casi sin darse cuenta, desarrolla habilidades de pensamiento científico y se adentra en los contenidos del área de las Ciencias Naturales.

¿En qué medida los objetivos de la enseñanza de las CCNN Ud. vivió como estudiante de EGB o la ha visto en sus prácticas profesionales?

Pese a todo lo que hemos estudiado hasta el momento, a la importancia de desarrollar habilidades de pensamiento científico y a vivir la enseñanza de las ciencias de una manera experimental, manipulando y construyendo modelos de conocimiento desde una manera activa, he podido constatar que en la realidad esto no ocurre así.
Mis años como estudiante de Educación General Básica -e inclusive de Enseñanza Media- estuvieron marcados por clases expositivas, en las que el profesor o la profesora se dedicaba a dictarnos o copiar en la pizarra algún párrafo que explicara el contenido, pero no había de por medio una actividad que nos involucrara con lo visto.

Ha pasado ya bastante tiempo desde aquella época, y he podido observar a lo largo de mis prácticas que el panorama lamentablemente no ha variado de manera significativa. He visto cómo en las aulas del siglo XXI se reproduce un modelo de enseñanza basado en un alumnado que sólo recibe lo que el profesor dice, al estilo de la tábula rasa de Locke, en el que los docentes deben plasmar contenidos en estas mentes vacías que son sus alumnos.

Considero que aún cuando las investigaciones y teorías recientes dan cuenta de la importancia de cambiar este esquema de enseñanza, para los profesores resulta más cómodo -si se quiere- utilizar los mismos códigos y patrones que sus propios profesores utilizaron con ellos durante su formación escolar.

Es por eso que además de esta pseudo comodidad, cambiar el modo de enseñar puede resultar aterrador para quienes ya llevan algunos años inmersos en el sistema educativo. Adentrarse en una educación que tiene como principal foco al estudiante es un paso que muchos docentes prefieren no dar, desechando con ello la posibilidad de formar no sólo a hombres y mujeres pensantes, críticos y reflexivos, sino que también, a buenos ciudadanos.